La Segunda Guerra Mundial. Introducción |
Al finalizar la I Guerra Mundial muchos pensaron que sería la última de todas las grandes contiendas. Sin embargo, la forma en que se configuró la paz portaba la semilla de graves problemas que condujeron al estallido de un segundo conflicto, aún más devastador.
Hitler en la Cancillería del Reich se dirige a la multitud. 30 de enero de 1933
Durante los años 20 y 30, se desarrollaron los fascismos en numerosos estados europeos. En Alemania creció vertiginosamente el Partido Nazi, que dirigido por Adolf Hitler, apelaba a la recuperación del orgullo nacional. Una vez en el poder, ilegalizó y eliminó de la escena política al resto de formaciones políticas.
Hitler inició la reconstrucción del ejército, al tiempo que reclamaba los territorios arrebatados a Alemania al finalizar la I Gran Guerra. Lo hizo saltándose las cláusulas del Tratado de Versalles y desafiando a la Liga de Naciones. Ésta carecía de suficiente fuerza para oponerse a las agresivas acciones de Alemania. Así fue como, en octubre de 1938, ocupó el territorio de los Sudetes en Checoslovaquia y, al año siguiente, lo que quedaba del país. Poco antes, en marzo, se había anexionado Austria.
Frente a esa política de hechos consumados, las grandes potencias optaron por el “apaciguamiento”.
Pensaban que, una vez le hubiesen sido concedidas algunas de sus
exigencias, el dictador alemán pondría fin a sus ansias de
expansionismo. Sin embargo la actitud sumisa de las potencias provocó el
efecto contrario, lo animaron a la anexión de Polonia.
En septiembre de 1939, tras haber acordado con la URSS el reparto del país, Hitler invadió Polonia. Reino Unido y Francia, garantes de su seguridad, declararon la guerra a Alemania.
Hitler saluda a las tropas que se dirigen a la invasión de Polonia. Septiembre de 1939
Las tropas germanas avanzaron a través Polonia, Dinamarca y Noruega, Bélgica, Holanda, y la misma Francia. Franceses y británicos, incapaces de resistir su embestida, quedaron atrapados en Dunkerque, hostigados por el ejército y la aviación germana. Los británicos, para evitar caer en sus manos, hubieron de abandonar todo el material bélico
pesado y atravesar el Canal de la Mancha rumbo a su territorio.
Derrotada Francia y debilitado Reino Unido, Hitler contaba ahora con la
oportunidad de invadir las Islas Británicas. En julio de 1940 se
iniciaba la Batalla de Inglaterra, en la que Alemania trataría infructuosamente de eliminar del cielo a la aviación británica que defendía las islas.
Acorazado Arizona dañado tras el ataque japonés a Pearl Harbor. 7, diciembre, 1941
Para entonces, Benito Mussolini,
aliado de Alemania, había declarado la guerra a Francia y Reino Unido,
en un intento por apoderarse de sus territorios africanos. Japón por su parte, aliada a las potencias del Eje, bombardeó el 7 de diciembre de 1941 la base de Pearl Harbor, allí se encontraba anclada la Flota del Pacífico de Estados Unidos de Norteamérica. Pretendía eliminar el principal obstáculo en la creación de un gran imperio en el Sudeste asiático. La guerra se extendía por un nuevo continente, el conflicto adquiría dimensión universal.
Las causas de la II Guerra Mundial
- El fiasco del Tratado de Versalles
- La crisis de 1929 y sus consecuencias políticas
- El ascenso de los fascismos
- La debilidad de las democracias
- La política de pactos
Características de la II Guerra Mundial |
La Primera Gran Guerra obtuvo el calificativo de "Mundial" porque varias de las potencias que intervinieron en ella contaban con vastos imperios coloniales, que fueron arrastrados al conflicto junto a sus metrópolis. Sin embargo, la mayor parte de las batallas tuvieron lugar en el continente europeo.
Por lo que respecta a la Segunda, puede decirse que sí tuvo un verdadero alcance mundial,
pues las operaciones se desarrollaron simultáneamente en el Atlántico,
el Pacífico, el Índico, el Mediterráneo, etc. Tanto Europa, como Asia y
África, fueron escenarios de grandes batallas.
Los contendientes buscaron el absoluto aniquilamiento del enemigo, contraviniendo abiertamente las cláusulas humanitarias de los tratados internacionales. Desarrollaron una guerra total y dedicaron ingentes recursos materiales y humanos a la consecución de la victoria.
Antecedentes de la II Guerra Mundial. El camino hacia el conflicto |
Varias fueron las crisis que antecedieron y, a la vez, contribuyeron al estallido de la guerra:
- La invasión japonesa de Manchuria (1931)
- La conquista italiana de Abisinia (1935-1936)
- La remilitarización de Renania (1936)
- Guerra Civil Española (1936-1939)
- El Anschluss: la anexión de Austria (1938)
- La crisis de los sudetes (1938)
La II Guerra Mundial. Los contendientes |
Los estados que intervinieron en el conflicto fueron muy numerosos. Básicamente, la distribución de fuerzas fue la siguiente:
Los países beligerantes a inicios del conflicto eran relativamente pocos: de un lado, Reino Unido, Francia, Polonia y países de la Commonwealth (Australia, N. Zelanda, Canadá, etc.). Del otro, Alemania y las anexionadas Austria y Checoslovaquia. China llevaba luchando contra Japón desde 1937, por eso hay quien considera que la Segunda Guerra Mundial comenzó verdaderamente en esa fecha y no en 1939.
El denominado Eje lo integraban Alemania, Italia y Japón, junto a otros países aliados de Alemania: Hungría, Croacia, Bulgaria, Rumanía, Finlandia y Eslovaquia.
El bando aliado, con el tiempo, estuvo compuesto por 49 países en total, sin embargo, los más importantes por su implicación y potencial fueron Estados Unidos, Reino Unido, Unión Soviética y China. Francia quedó fuera de juego, tras ser derrotada, junto con Holanda y Bélgica, en 1940.
La Unión Soviética y Japón no entraron
en guerra entre sí hasta agosto de 1945, casi al final de la contienda,
fruto de las presiones de los aliados sobre la URSS. Ambas potencias
habían firmado en 1941 un pacto mutuo de no agresión.
A lo largo del conflicto se fueron añadiendo muchos otros, que jugaron un papel limitado en las operaciones militares. Fue el caso de México, Colombia, Brasil, Bolivia, Irán, etc.
El potencial humano y económico de ambos bandos fue muy desigual. Aunque, tanto Alemania, como Japón tuvieron a su disposición enormes recursos obtenidos gracias las conquistas de las primeras fases de la guerra, los aliados poseyeron una clara ventaja
sobre sus adversarios. No en balde Reino Unido y Francia contaban con
vastos imperios coloniales y la URSS era el mayor más extenso estado
del mundo. A partir de 1942 esa superioridad comenzó a sentirse de manera incontestable.
Entrevista entre Franco y Hitler en Hendaya (Francia) en octubre de 1940
Entre los países neutrales se encontraban España, Turquía, Irlanda, Portugal, Suiza y Suecia.
Sin embargo, tanto España como Suecia se movieron en la órbita de
Alemania, apoyándola política y militarmente. España envió la División Azul que luchó en el frente ruso, en tanto numerosos voluntarios suecos se integraron en las SS para combatir en ese mismo frente. Suecia fue un importante proveedor de recursos del III Reich, especialmente acero y maquinaria.
En lo que se refiere a la capacidad militar, antes de comenzar el conflicto, Alemania
superaba claramente a Francia y Reino Unido en cantidad y calidad de
armamento. En 1940 contaba con 139 divisiones, 3.500 carros de combate y
5.200 aviones. Frente a ello, el Ejército francés opuso 101 divisiones, 2.800 tanques y algo más de un millar de aviones. Reino Unido, aunque con una clara supremacía naval, disponía de 1.700 aviones.
General Erwin Rommel, uno de losmilitares más prestigiosos del ejército alemán
Pero donde la excelencia del Ejército alemán se manifestó incontestablemente fue en su magnífico cuadro de oficiales. Su preparación fue muy superior a la de los aliados, poniendo en práctica nuevas tácticas de guerra basadas en el Blitzkrieg, en tanto que los franceses continuaron aferrados a las viejas estrategias de la primera Gran Guerra.
Albert Speer, Ministro de Armamento y Guerra del III Reich y Hitler. 1943
A medida que la guerra progresaba, Alemania (también Japón) hubo de afrontar graves problemas de suministro. El potencial industrial estadounidense, unido al titánico esfuerzo desplegado por la Unión Soviética,
hizo que las pérdidas en hombres y material no pudiesen ser repuestas a
un ritmo adecuado. Eso a pesar del éxito que alcanzaron las medidas
implementadas desde 1942 por el Ministro de Armamento Albert Speer. A pesar de la destrucción de las ciudades alemanas y los centros industriales, sometidos a intensos bombardeos, la producción bélica germana alcanzó altas cotas, cuadriplicando la de 1939.
La II Guerra Mundial. Las fases del conflicto |
- Las victorias del Eje (1939-1942)
La invasión de Polonia (1939)
La invasión alemana de Polonia, se inició el 1 de septiembre de 1939. Ha sido considerada el detonante de la Segunda Guerra Mundial. Antes de eso, la cuestión de Polonia figuraba entre las cláusulas secretas del Pacto de no agresión firmado entre Alemania y la URSS, en agosto de 1939. En ellas se estipulaba que el país sería anexionado y dividido en dos áreas: una para los soviéticos y la otra para los alemanes.
Las razones que llevaron a Stalin a firmar el pacto con los nazis hay que buscarlas, por un lado, en la desconfianza que le suscitaba la debilidad de la Sociedad de Naciones como dique para evitar una agresión alemana; por otro, la sospecha de que Francia y Reino Unido, embarcadas en una “Política de apaciguamiento” respecto a Hitler,
temían más a la Unión Soviética que a los propios nazis, por lo que
eran proclives a pactar con quienes desarrollaban una clara política
anticomunista. El Pacto de Munich (1938) lo demostraba. Por lo tanto, el líder ruso consideró que los intereses de su país serían mejor atendidos pactando con los alemanes que con las potencias occidentales.
Sin embargo, ambas potencias recelaban entre sí. En el caso de Hitler, el Pacto de no Agresión constituía un mero recurso para ganar tiempo antes de llevar a cabo sus planes de invasión de la misma Rusia.
El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán invadió Polonia por varios puntos del Oeste. El 17 de ese mismo mes tropas soviéticas atacaban por el Este. Polonia fue rápidamente derrotada, pero, para sorpresa de Hitler, dos días más tarde, Reino Unido y Francia, en virtud de los acuerdos de ayuda mutua establecidos con Polonia, declaraban la guerra a Alemania. Hitler había cometido un error al pensar que, al igual que en acciones precedentes (remilitarización de Renania, anexión de Austria e invasión de Checoslovaquia), ambas potencias contemporizarían.
La invasión de Polonia fue fulminante, a modo de “Guerra Relámpago” (Blitzkrieg, en alemán). Las operaciones se desarrollaron tras un rapidísimo ataque por sorpresa, en el que intervinieron fuerzas acorazadas y motorizadas, formadas por sólidas agrupaciones de carros de combate, apoyados estrechamente por la aviación. Estas formaciones irrumpieron en las líneas polacas desarticulando las comunicaciones y tomando por sorpresa a los altos mandos del Ejército. Pese a su firme oposición, a capacidad de respuesta de los polacos fue minimizada.
Tropas alemanas desfilan por las calles de Varsovia. 1939
Por su parte, Francia y Reino Unido, a pesar de haber declarado formalmente la guerra a Alemania, no intervinieron activamente en su defensa. Varsovia capituló el 27 de septiembre de 1939 y las últimas unidades del ejército polaco se rindieron el 6 de octubre de ese mismo año. Desaparecía de ese modo la II República Polaca.
Gran parte de su población fue sometida al dominio y represión de los alemanes. Especialmente significativo fue el caso de la comunidad judía, exterminada
en buena medida en los campos de concentración o fallecida a
consecuencia de las inhumanas condiciones que sufrió en guetos como los
de Varsovia o Cracovia.
La invasión de Escandinavia (1939-1940) |
Entre septiembre de 1939 y mayo de 1940, la guerra se focalizó en el Este y el Norte de Europa. En el Este, Polonia fue invadida y repartida entre rusos y alemanes. En el Norte, Stalin atacó Finlandia, en tanto que Hitler invadió Dinamarca y Noruega.
El príncipe Gustavo Adolfo, Göring y el rey Gustavo V de Suecia en Berlín. 1939
Suecia permaneció oficialmente neutral, si bien, muy condicionada por las presiones de Alemania, con la que colaboró en muchos aspectos. Para los alemanes se hizo vital el abastecimiento de hierro sueco. Su gobierno jugó un importante papel humanitario en la acogida de judíos y refugiados procedentes de diversos países.
La Batalla de Francia (1940) |
La campaña en el frente occidental, conocida como “Batalla de Francia”, tenía como objetivo primordial la conquista del país galo, el más importante y poderoso enemigo de Alemania. Duraría pocas semanas, desde el 10 de marzo de 1940, hasta el 25 de junio de ese mismo año. Concluyó con la total derrota francesa.
La Drôle Guerre o Phony War
Soldados británicos y franceses en exterior de un refugio durante la Drôle Guerre. Noviembre de 1939.
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Hasta el comienzo de la campaña, ambos bandos se habían vigilando estrechamente durante algún tiempo, en tensa calma, aunque sin llegar a romper las hostilidades. Sí habían comenzado a combatir en territorio noruego, pero no en su frontera. Ese período de inactividad es conocido como “Drôle Guerre” o “Guerra de Broma” (también “Guerra Falsa”), y se prolongó varios meses: desde la declaración de guerra de Francia y Reino Unido a Alemania a raíz de la invasión de Polonia el 3 de septiembre de 1939, hasta el 10 de marzo de 1940, fecha en que Bélgica y Holanda fueron atacadas.
Italia entra en guerra (1940) |
Tras su alianza con Alemania en el Pacto de Acero (22 de mayo de 1939), Mussolini había intentado evitar la invasión de Polonia. No ignoraba que Italia estaba insuficientemente preparada para actuar en un escenario de guerra mundial.
Sin embargo, no ocultaba sus aspiraciones de erradicar la presencia de la flota británica del Mediterráneo y la de anexionarse territorios como Malta o Córcega. También había puesto sus ilusiones en la ampliación de su imperio colonial, mediante la conquista de Túnez y la parte francesa de Somalia. Añadía a esos anhelos el poder jugar un papel de liderazgo en el área de los Balcanes.
El 10 de junio de 1940, Mussolini, juzgando que Francia se hallaba casi totalmente derrotada, y que Reino Unido atravesaba serias dificultades, les declaró la guerra. Malta, posesión británica en el Mediterráneo, fue bombardeada; Francia atacada por la frontera de los Alpes.
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Cartel de propaganda fascista clamando venganza por la pérdida de colonias a manos británicas. |
En agosto de ese mismo año extendió el escenario bélico a África, penetrando en Egipto y otras colonias británicas. Tras unos breves éxitos, las tropas italianas fueron estrepitosamente derrotadas. Al año siguiente los británicos se apoderaron de parte del imperio colonial italiano en África. Era evidente que el Ejército italiano no estaba a la altura de las circunstancias.
Tras la firma del Pacto Tripartito (Septiembre de 1940) entre Alemania, Italia y Japón, Mussolini decidió invadir Grecia. La campaña constituyó un fiasco y obligó a Hítler a acudir en su ayuda.
Tropas italianas en Rusia. Julio de 1942
En junio de 1941, Mussolini envió un ejército de 62.000 soldados (más tarde reforzados) a Rusia, en apoyo de sus aliados alemanes. Mal equipado y con serios problemas de logística, sería derrotado en Stalingrado. Muchos de esos hombres perecieron en combate o fueron internados en campos de concentración.
La Batalla de Inglaterra (1940) |
Formación de aviones alemanes Heinkel He 111 sobre en el cielo de Inglaterra
Tras la evacuación de las tropas británicas en Dunkerque y la derrota francesa, era evidente que el siguiente paso que adoptaría Hitler sería la conquista de las Islas británicas. Sin embargo, la superioridad de la marina británica sobre la alemana, alejaba el peligro de un desembarco inmediato.
El julio de 1940 se iniciaba el “Blitz”, una batalla fundamentalmente aérea en la que grandes formaciones de aviones alemanes llevaron a cabo constantes incursiones en territorio británico. Las principales ciudades del Reino Unido, especialmente Londres, fueron bombardeadas, a pesar de la contundente oposición de la RAF (Royal Air Force) británica.
Churchill visita las ruinas de la catedral de Coventry tras los bombardeos
Los objetivos no eran solo militares, sino también y, esencialmente, civiles. Los bombardeos se desarrollaron con la pretensión de desmoralizar a los británicos y forzar la capitulación del gobierno. Londres, Coventry, Liverpool, Portsmouth y otras importantes ciudades sufrieron graves desperfectos, la población civil cuantiosas bajas. Muchos niños fueron evacuados a las áreas rurales para ponerlos a salvo de las bombas.
El primer ministro británico Winston Churchill animó a la resistencia. La RAF, dotada de excelentes aparatos, y con la ayuda del Radar, repelió con éxito las diversas oleadas de cazas y bombarderos alemanes, a los que causó fuertes pérdidas. Göring, jefe de la Luftwaffe observaba con frustración
cómo se alejaba la posibilidad de una fácil victoria en el cielo y, con
ello, la invasión del único país capaz de hacer frente a la
maquinaria de guerra alemana en Europa Occidental.
En octubre de 1940, tras la grave derrota sufrida el 15 de septiembre por la mayor concentración de aparatos alemanes que volaban hacia Londres, el Alto Mando Alemán dio por concluidas las misiones aéreas. La invasión de Inglaterra quedó aplazada sine die.
Tras la "Guerra relámpago" llevada a cabo con absoluto éxito por los generales alemanes, la Batalla de Inglaterra inauguró una guerra de desgaste, para la que Hitler no estaba preparado. La irrupción de Estados Unidos en la guerra se aproximaba. A través de la " Ley de Préstamo y Arriendo" (marzo de 1941), los norteamericanos concedieron a Reino Unido un crédito ilimitado, a ser devuelto una vez terminado el conflicto. La ayuda americana fue decisiva para la defensa de las islas. Los submarinos alemanes (U-boats)
causaban grandes bajas entre los convoyes que surcaban el océano
Atlántico con equipamiento militar, medicinas y alimentos procedentes de
los Estados Unidos. El papel de la Royal Navy en su defensa resultó tan eficaz como decisivo.
La Batalla de Inglaterra supuso un importante obstáculo en los cálculos expansionistas de Hitler. Abrió una importante brecha en el extremo occidental de Europa. Tras la invasión de Rusia en 1941, Alemania, al igual que había ocurrido en la Gran Guerra, se vio envuelta en dos frentes. Las Islas Británicas se convertirían en un trampolín desde el que los aliados socavarían el poder del III Reich.
La guerra en el Norte de África (1940) |
La entrada en guerra de Italia, el 10 de junio de 1940, inauguró un nuevo frente en el Norte de África. Italia aspiraba a eliminar la presencia británica en el Mediterráneo, anexionarse Malta y formar un vasto imperio colonial en África.
El objetivo de Alemania e Italia era controlar el Mediterráneo, para lo cual era preciso apoderarse de Gibraltar (alentando para ello la entrada de España en el conflicto) y el Canal de Suez. Una vez controlado el norte de África, podrían obtener un fácil acceso a los recursos petrolíferos de Oriente Próximo, de los que tan necesitadas estaban ambas potencias.
La campaña de África fue uno de
los episodios más relevantes de la guerra. Abarcó entre 1940 y mayo de
1943, con la rendición de italianos y alemanes.
Las hostilidades
estallaron en junio de 1940 con la toma británica del fuerte italiano
de Fuerte Capuzzo (Libia). En septiembre de 1940, las tropas italianas
establecidas en Libia, al mando del General Graziani, lanzaron una ofensiva para conquistar la base inglesa de Alejandría (Egipto). El pretendido avance, sin embargo, se detuvo en las dunas de Sidi el-Barrani. A partir de entonces, los ingleses, en clara inferioridad numérica (2 divisiones contra 10 italianas) lanzaron una contraofensiva que logró derrotar a los italianos. Entre enero y febrero éstos perdieron la región de la Cirenaica (Libia).
Erwin Rommel, jefe del Afrika Korps con sus oficiales, en 1942
La estrepitosa derrota italiana obligó a Hitler
a acudir en socorro de sus aliados. Envió un selecto cuerpo de ejército
especialmente adaptado a las condiciones de la guerra en el desierto:
el Afrika Korps. Lo componían dos divisiones, y su comandante era el general Ervin Rommel. Desde Trípoli, el Afrika Korps dio un vuelco a la situación y, en tres semanas, tras recorrer de manera imparable casi mil kilómetros, reconquistó la Cirenaica, logrando cercar a los ingleses en la base de Tobruk, al este de Libia, ya cerca de la frontera con Egipto.
Para eliminar el cerco germano-italiano de Tobruk, los británicos respondieron con un contraataque. Pero a pesar de la aplastante superioridad británica, Rommel logró repeler la ofensiva. Churchill se vio obligado a sustituir al general Wavel por Auchinleck.
Tobruk no pudo ser liberado hasta noviembre de 1941, tras la retirada de las tropas del Eje, si bien, meses más tarde, la localidad caería de nuevo en poder de las tropas de Rommel.
Tras la caída de Tobruk, los
germano-italianos empujaron con fuerza a los británicos hacia Egipto.
Allí serían detenidos por el general Auchinleck, en
julio de 1942, en la 1ª Batalla del Alamein, pequeña localidad situada a
80 Km de Alejandría. Tras este episodio, las tropas del Eje estaban
exhaustas. Rommel pidió insistentemente a Hitler refuerzos y suministros,
pero éste dio prioridad al frente oriental, donde se desarrollaba la
guerra contra los rusos. En agosto de 1942, comenzaría la Batalla de Stalingrado. La 1ª Batalla del Alamein
llevó ambos bando a una situación de punto muerto, si bien logró
detener el avance alemán en Egipto. En octubre los británicos,
fuertemente renovados en armamento, hombres y con un nuevo comandante en
jefe (Montgomery), lograrían vencer a sus oponentes en la 2ª Batalla del Alamein.
La guerra en el desierto se libró con estrategias y medios diferentes a los empleados en la guerra convencional. La naturaleza del terreno y el clima extremo no permitían a los ejércitos alejarse demasiado de las bases de abastecimiento de agua, petróleo y víveres. La ausencia de obstáculos naturales permitía a las unidades acorazadas moverse con gran rapidez
por enormes espacios, en un constante avance y retroceso. En numerosas
ocasiones hubieron de detenerse, como consecuencia de las abundantes averías mecánicas o la falta de combustible.
La guerra en los Balcanes (1940-1941) |
Tropas
italianas entran en la ciudad albanesa de Dürres. Abril de 1939. La
conquista de Albania fue llevada a cabo en abril de 1939. Albania fue
añadida al Imperio Italiano y su rey forzado al exilio.
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El 28 de octubre de 1940, transcurrido un mes desde el ataque italiano al Egipto británico, Mussolini decidió que había llegado el turno de Grecia. Ésta sería ocupada desde Albania. La iniciativa, sin embargo, constituyó un fracaso porque, las tropas griegas, apoyadas por la aviación británica, lograron derrotar al mal entrenado y desorganizado ejército italiano. Los ingleses se apoderaron de gran parte de Albania y establecieron bases aéreas en Creta.
Al igual que había sucedido en el N. de África, Hitler acudió en ayuda
de los italianos. Para invadir Grecia necesitaba atravesar los estados
de Rumanía, Bulgaria y Yugoslavia. Alemania había conseguido en
noviembre de 1940 atraer a Rumanía y Hungría a su órbita, estas habían entrado el Pacto Tripartito. Bulgaria lo hizo en noviembre de 1940. Sin embargo, fracasó en su tentativa de hacer lo propio con Yugoslavia, por lo que decidió invadirla.
Con
independencia de haber acudido en ayuda de los italianos, Hitler estaba
interesado en jugar una activa política en los Balcanes, tradicional zona de influencia rusa. Por otro lado, el control de esa zona por los británicos hubiese puesto en peligro el abastecimiento de petróleo procedente la región petrolífera de Ploiesti (Rumanía).
Paracaidistas alemanes se lanzan sobre Creta. Mayo de 1941
La Campaña contra Grecia y Yugoslavia ("Operación Marita") comenzó el 6 de abril de 1941. Tras una nueva guerra relámpago, Los alemanes conquistaron ambos países y expulsaron a las tropas británicas. Yugoslavia capituló el 14 de abril;
Grecia, el 21 de ese mismo mes.
Soldados yugoslavos entregan sus armas tras la derrota. 6 de abril de 1941
Tras la derrota yugoslava, Hitler creó el estado títere de Croacia. Éste quedaba bajo la dictadura de Ante Pavelic, quien reprodujo las instituciones de aquellos que lo tutelaban, Alemania e Italia. A pesar de todo, Yugoslavia constituyó un auténtico quebradero de cabeza para los alemanes, cuyas tropas se vieron constantemente hostigadas por las acciones de sabotaje perpetradas por los partisanos capitaneados por Tito, quienes consumaron una exitosa guerra de guerrillas.
Como resultado de la operación en los Balcanes, Reino Unido perdió su última presencia en el continente europeo. Alemania mantuvo el control de los pozos petrolíferos rumanos y adquirió una excelente posición estratégica para amenazar el flanco suroccidental de la Unión Soviética, cuya invasión comenzó el 21 de junio de 1941. La guerra dejaba de estar circunscrita a la lucha entre Reino Unido-Alemania y adquiría carácter mundial.
La invasión de Rusia (1941) |
Operaciones alemanas en Ucrania. Junio de 1941
En su obra "Mein Kampf", Hitler había expresado la necesidad de invadir la Unión Soviética, para erradicar el comunismo y apropiarse de sus recursos económicos. El 22 de junio de 1941 se ponía en marcha la "Operación Barbarroja", nombre con el que se designó la invasión. Los alemanes establecieron tres objetivos fundamentales que fueron asumidos por tres cuerpos de ejército. El del Norte, que buscaba la conquista de Leningrado (actual San Petersburgo), el del Centro, que apuntaba hacia Moscú (la capital), y el del Sur, cuyo objetivo era Kiev (capital de Ucrania).
Las operaciones deberían haberse concluido antes del invierno, pues los ejércitos alemanes (3 millones de hombres) estaban preparados tan solo para una guerra de unas pocas semanas. El Alto mando alemán preveía que los ejércitos rusos, tomados por sorpresa, fácilmente se desmoronarían.
Stalin asistió con sorpresa a la inesperada invasión y tardó algún tiempo en reaccionar. Los grupos de ejército alemanes avanzaron sin grandes obstáculos por las estepas rusas con su habitual celeridad. Causaron enormes pérdidas al ejército soviético y capturaron cientos de miles de prisioneros. Para frenar el avance germano, Stalin ordenó consumar una estrategia de "tierra quemada". Con ello lograría dificultar a los alemanes su abastecimiento durante el invierno. Numerosas fábricas fueron desmanteladas y trasladadas enteras más allá de la cordillera de los Urales,
en la zona asiática de Rusia. Allí se volvieron a poner en
funcionamiento para contribuir a la contraofensiva, prevista para el
invierno.
Baterías antiaéreas soviéticas en Leningrado. 1 de octubre de 1941
El 8 de septiembre de 1941 los alemanes pusieron cerco a Leningrado, éste se prolongaría durante 900 días, hasta 1944. El día 16 de ese mes, sus ejércitos envolvieron la región de Kiev y, en el mes de diciembre, se apostaron frente a las puertas de Moscú.
Pero la llegada del invierno
detuvo el avance alemán. Las temperaturas descendieron por debajo de
los 40 grados bajo cero y, las tropas germanas, preparadas tan solo para
una corta campaña, sin el abastecimiento y los uniformes adecuados,
comenzaron a resentirse. Fue el momento elegido por Stalin para lanzar su contraofensiva.
El invierno ruso. 1941
La campaña de Rusia, que
Hitler había planeado llevar a cabo un año antes, supuso la verdadera
generalización del conflicto. El fracaso de sus planes para concluirla
en pocos meses llevó al ejército alemán a enfrascarse en una penosa guerra de desgaste, al tiempo que luchaba en dos frentes, algo que sus generales habían intentado evitar.
Cartel de propaganda soviético animando a la lucha, con la efigie de Stalin
Stalin, que permaneció en Moscú mientras se producía el ataque alemán, apeló al nacionalismo ruso, instando a salvar a la “Madre Rusia”. Hitler por su parte, dio la consigna a sus oficiales de no respetar la más mínima convención humanitaria. Se trataba de aniquilar no solo a los combatientes, sino también a los civiles. De hecho, fue Rusia el país que más bajas sufrió durante la contienda.
La guerra en el Pacífico: Pearl Harbor (1941) |
Soldados japoneses emitiendo gas venenoso en un ataque en China. 1940
Desde inicios de los años 30, Japón llevó acometió una agresiva política imperialista en Extremo Oriente. Buscaba abastecerse de materias primas abundantes y baratas y la creación de un extenso mercado donde colocar sus productos industriales. Exponente de ese objetivo fue la conquista de Manchuria, en 1931, y la guerra que desarrolló abiertamente contra China a partir de 1937.
Las victorias de Hitler sobre Francia, Holanda y Reino Unido habían dejado a sus respectivas colonias en el oriente asiático en una situación de extremada debilidad. Así las cosas, en 1940, Japón conquistó el norte de Indochina (colonia dependiente de la Francia de Vichy), en tanto que amenazaba Indonesia (perteneciente a Holanda) y las colonias británicas de Malasia, Birmania y Hong Kong. La repulsa de los Estados Unidos a esa política imperialista fue fulminante y, como advertencia, a finales de 1940 decretaron un embargo parcial de petróleo y hierro destinado a Japón.
Hideki Tojo, Primer ministro japonés, partidario de entrar en guerra con Estados Unidos
Tras las victorias alemanas en Rusia, los japoneses calcularon que la Unión Soviética se colapsaría en breve. Decidieron aprovechar la coyuntura y emprender la conquista del sudeste asiático. Pero para ello era necesario derrotar primero a la otra gran potencia con intereses en la zona: los Estados Unidos de Norteamérica.
Los estrategas japoneses más proclives a la guerra, encabezados por el general Tojo (Primer ministro), estimaban que para asegurar el éxito de la empresa, sus ejércitos necesitaban una intervención rápida que posibilitara la conquista de vastas regiones (Birmania, Malasia, Filipinas, etc.), para, a continuación, establecer una sólida línea defensiva en la zona central y suroccidental del Pacífico. Ello les capacitaría para resistir la prevista reacción de los americanos. Era por tanto preciso destruir su potente Flota del Pacífico.
Barcos dañados en Pearl Harbor tras el ataque japonés. 7 de diciembre de 1941
El 7 de diciembre de 1941 aviones japoneses embarcados en portaaviones atacaron por sorpresa la base de Pearl Harbor, en las islas Hawái, a varios miles de kilómetros del archipiélago japonés. Hundieron
o dejaron fuera de combate 8 grandes naves, causando serios
desperfectos en las instalaciones portuarias y provocando cuantiosas
bajas humanas.
Al día siguiente el presidente Roosevelt declaraba la guerra al imperio de Japón. Los países americanos, con la excepción de Argentina, hicieron igual. Por otro lado,
Alemania, Italia y los estados satélites del Eje declararon la guerra a
Estados Unidos. Japón, sin embargo, no hizo lo mismo con la URSS, necesitaba manos libres para combatir a los norteamericanos.
Tropas japonesas entran en Manila (Filipinas), declarada ciudad abierta. Enero de 1942
A partir de ahí, Japón inició una carrera fulgurante de conquistas en las que fueron cayendo, entre otras, las posesiones británicas de Hong Kong, Birmania, Malasia, Borneo, Singapur (1942) y las americanas de Filipinas. Fue a raíz de derrotas japonesas en las batallas del Mar de Coral (mayo de 1942) y, sobre todo Midway (junio de 1942), cuando la expansión japonesa fue frenada y comenzó la ofensiva de los Estados Unidos.
Con ruptura de hostilidades entre Japón y Estados Unidos, la guerra mundial se desarrolló en tres escenarios principales: en primero, en Rusia, entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo; el segundo en África,
entre alemanes e italianos de un lado, y británicos y estadounidenses
de otro; y un tercero, entre japoneses y norteamericanos, en el Pacífico.
1942 fue el año en que las tropas del Tripartito comenzaron a cosechar sus primeras derrotas serias y se inició la contraofensiva aliada.
- La contraofensiva de los aliados (1942-1945)
La contraofensiva aliada (1942-1945) |
Soldados soviéticos luchan entre las ruinas de Stalingrado
A partir de 1942 se apreciaron los primeros síntomas de agotamiento en las fuerzas del Eje. En octubre de 1942 el Afrika Korps se vio obligado a retroceder en el N. de África. En noviembre de ese mismo año las tropas rusas emprenden la contraofensiva y cercan al ejército alemán en Stalingrado. En el Pacífico la escuadra japonesa es estrepitosamente derrotada en la Batalla de Midway (junio de 1942). La guerra comenzaba a cambiar de signo.
La derrota italo-alemana en el Norte de África (1942) |
El general británico Bernard L. Montgomery. Noviembre de 1942
En octubre de 1942, los alemanes prosiguieron su ofensiva. Pero ésta fue contestada con una fuerte reacción por parte de éstos, que se habían retirado a El Alamein. Con esta acción los británicos buscaban desalojar definitivamente a las tropas del Eje del norte de África. El primer ministro británico Winston Churchill sustituyó al general Auchinleck por Montgomery. Éste devolvió rápidamente la moral a las tropas del VIII Ejército, que fue dotado de abundante y moderno armamento. Los británicos superaban
abrumadoramente a las tropas alemanas, contando con 1.450 tanques
frente a los 540 del Eje. Asimismo poseían la superioridad aérea.
Prisioneros italianos. 1942
La 2ª Batalla de El-Alamein concluyó con la derrota de las fuerzas ítalo-germanas, que se vieron obligadas a emprender la retirada hacia Túnez para evitar su total destrucción.
Desembarcos bajo la Operación Torch. Noviembre de 1942
En noviembre de 1942 tuvo lugar el desembarco de un ejército estadounidense en Marruecos y Argelia, al mando del general Eisenhower, en el seno de la "Operación Torch". Tras una serie de encontronazos con el ejército francés de Vichy, ambos territorios pasaron a depender de la Francia Libre.
Las tropas ítalo-germanas, acosadas tanto por el Este como por el Oeste, ampliamente superadas en hombres y armamento, intentaron resistir en Túnez, pero hubieron de rendirse en mayo de 1943.
La derrota en el N. de África tuvo serias repercusiones para los integrantes del Eje, pues dejaba el flanco sur de Italia a merced de los aliados. Desde Túnez las tropas de Montgomery y Eisenhower invadieron la isla de Sicilia y, desde allí, asaltaron la península.
Con la derrota del Afrika Korps los alemanes perdieron uno sus mejores ejércitos. La distracción de tropas en ese sector permitió, por otra parte, un cierto alivio en el frente oriental, donde los soviéticos trataban de contener la embestida germana.
La contraofensiva soviética (1942-1944) |
Tropas soviéticas equipadas para el frío contraatacan en Moscú. Diciembre de 1941
La llegada del invierno de 1941 frenó el fulgurante avance de los ejércitos alemanes. Hitler les ordenó detenerse a las puertas de Moscú con el fin de reanudar la campaña en la primavera de 1942. Pero las tropas soviéticas iniciaron un contraataque que los desalojó de algunas de sus posiciones. Hitler destituyó al comandante en jefe Von Brauchitsch y asumió personalmente la dirección del ejército, dando instrucciones a sus tropas de no retroceder bajo ninguna circunstancia.
En verano de 1942 los alemanes iniciaron una nueva ofensiva hacia el sur, para controlar los yacimientos petrolíferos del Cáucaso y tomar Stalingrado (actual Volgogrado), importante centro industrial y de comunicaciones a orillas del río Volga. La ciudad fue objeto de intensos ataques,
quedando reducida a escombros. Las bajas en ambos bandos fueron
enormes, especialmente en el soviético. En octubre los alemanes habían
logrado hacerse con el 80% de la ciudad. Pero la lucha calle por calle
y casa por casa, entre ruinas, dificultó la intervención de las
unidades acorazadas y la artillería pesada alemanas. La acción de los francotiradores causaba estragos entre sus oficiales. La maquinaria de guerra alemana estaba a punto de colapsarse. Von Paulus pidió a Hitler permiso para retirarse, pero éste dio la consabida orden de resistir a "cualquier precio".
Soldados soviéticos en Stalingrado
En noviembre de 1942 los rusos, comandados por Zhúkov, contraatacaron y cercaron al ejército alemán que, tras una encarnizada pugna, exhausto, capituló el
23 de febrero de 1943. 90.000 soldados fueron hechos prisioneros,
junto a su comandante en jefe, Von Paulus. Otros 150.000 habían muerto
durante la batalla.
La Batalla de Stalingrado ha sido considerada como la más sangrienta
de la historia. En ella perdieron la vida, junto a cientos de miles de
soldados, más de un millón de civiles rusos. Algunos la han definido
como “guerra de ratas” por las extremas condiciones en las que desarrollaron los combates,
entre un mar de ruinas, con escasos suministros de alimentos, sin
recursos médicos y en unas condiciones higiénicas deplorables, dado que
cientos de miles de cadáveres se corrompían entre los escombros.
Cualquier consideración humanitaria fue obviada y fueron muchos los fusilados
por su propio bando, acusados de deserción o tibieza en el combate.
Draconianas fueron las órdenes del jefe de los defensores de la ciudad,
el general Chuikov, quien utilizó a la población civil
en los combates, negando en muchos casos la asistencia a los heridos y
enviando a la muerte a miles de soldados en operaciones suicidas.
El Mariscal Friedrich Paulus en el momento de rendirse a los soviéticos
Stalingrado representó una auténtica debacle para los ejércitos alemanes. Tras la derrota de Kursk (julio-agosto de 1943), la mayor batalla terrestre de la historia (intervinieron 2 millones de hombres y 3.000 blindados) los alemanes se vieron forzados a pasar a la defensiva. A partir de entonces el envite del ejército soviético fue imparable. En verano de 1944 Rusia era liberada. En primavera las tropas soviéticas entraban en Polonia, Rumanía y Bulgaria. A principios de 1945 penetraron en Prusia oriental, ya en territorio alemán. Hungría, Eslovaquia y Austria también cayeron. Yugoslavia fue liberada por los partisanos de Tito en octubre de 1944, con el apoyo de los soviéticos. En octubre de 1944 Finlandia expulsó a sus antiguos aliados, ahora convertidos en oponentes.
Como efecto secundario del avance soviético, en agosto de 1945, las tropas alemanas que ocupaban Grecia fueron evacuadas. Tras su liberación, el país quedó postrado en un estado de preguerra civil a consecuencia del enfrentamiento mantenido entre las diferentes facciones políticas.
La Guerra en el Pacífico. Los reveses militares de Japón |
Tras el bombardeo de Pearl Harbor, Japón cosechó una serie de rápidas y exitosas conquistas por el océano Pacífico, que le permitieron anexionarse, entre otros territorios, Hong Kong, Birmania, Malasia y Filipinas.
Portaaeronaves japonés Zuikalo, que participó en la Batalla del Mar de Coral
En mayo de 1942 se celebró la Batalla del Mar de Coral, entre una escuadra de portaaviones aliada (mayoritariamente estadounidense) y otra japonesa. Aunque los nipones no fueron formalmente derrotados, sin embargo, sus planes de invadir Papúa Nueva Guinea se vieron frustrados. Fue un aviso de las dificultades por las que atravesaría su potencial naval en tiempos venideros.
Así, un mes más tarde, entre el 5 y el 6 de junio de 1942, Japón fue estrepitosamente derrotado en la Batalla de Midway,
un atolón coralino situado en el océano Pacífico, a mitad de camino
entre Asia y América. El interés japonés de apoderarse de este enclave
se debía al importante valor estratégico que poseía, desde él podía atacarse el archipiélago de las Hawái,
considerado por los estadounidenses un auténtico “portaaviones
insumergible” que amenazaba peligrosamente los intereses japoneses.
El enfrentamiento de las escuadras
japonesa y estadounidense fue desastroso para la primera, pues perdió,
entre otros buques, 4 portaaviones con sus correspondientes aeronaves,
en tanto que los americanos sufrieron tan solo el hundimiento de un
portaaviones y un número limitado de aviones.
La batalla de Midway fue el principio del fin para la supremacía japonesa en el Pacífico. Los norteamericanos la consideraron como una revancha al ataque de Pearl Harbor. A partir de entonces Japón pasaría a la defensiva,
con una evidente debilidad para proteger las conquistas alcanzadas
hasta esa fecha. Estados Unidos por su parte, pasaría a la
contraofensiva.
En agosto de 1942 comenzó la Batalla de Guadalcanal, isla perteneciente al archipiélago de las Salomón,
en el suroeste del Pacífico. Las fuerzas americano-australianas
trataban reconquistar esas islas con el objetivo de eliminar la amenaza
que entrañaban para el tráfico marítimo entre Estados Unidos y
Australia. Los combates, muy sangrientos debido a la fuerte resistencia de los defensores (25.000 muertos), concluyeron en febrero de 1943 con la capitulación de la guarnición japonesa.
La pérdida de Guadalcanal, junto a la de las islas Marianas, Aleutianas, Marshall, y otras, precedió a otro importante descalabro japonés: la pérdida del archipiélago de las Filipinas, liberado en febrero de 1945 por el general estadounidense McArthur. Su reconquista fue posible, en parte, gracias a la destrucción de una importante escuadra japonesa en la Batalla del Golfo de Leyte, en octubre de 1944.
En febrero de 1945 los estadounidenses desembarcaron en las playas de Iwo Jima, ya en territorio japonés. Allí pereció la mayoría de la guarnición japonesa, tras una lucha encarnizada.
Prisioneros japoneses en Okinawa. Otros prefirieron suicidarse a ser capturados
Entre los meses de abril a junio se desarrolló la Batalla de Okinawa,
situada a 340 km del archipiélago japonés. Los norteamericanos
desplegaron un enorme contingente anfibio para tomar la isla. Fue uno de
los más sangrientos episodios de la contienda; en él perdieron la vida más de 50.000 civiles.
Tras estos descalabros, Japón quedó a expensas de los aliados. Sus ciudades y centros industriales sufrieron el sistemático bombardeo
de las fortalezas volantes estadounidenses. La fuerza aérea nipona,
seriamente dañada, poco pudo hacer para evitarlo.
La invasión aliada de Italia |
La rendición del Afrika Korps en Túnez, otorgó a los aliados el control de gran parte del Mediterráneo, convirtiendo a Italia en un nuevo objetivo. Allí la situación política era muy inestable. Tras las derrotas sufridas en África, Rusia y el hundimiento de sus buques, buena parte de los italianos deseaba romper su alianza con los alemanes y la conclusión de la guerra.
En julio de 1943 los estadounidenses desembarcaron en Sicilia. Ese mismo mes Mussolini fue detenido y destituido por orden del rey Víctor Manuel III, quien nombró como primer ministro al mariscal Badoglio. Éste inició conversaciones secretas con los aliados para facilitarles la conquista de la península. Italia firmó la rendición incondicional y se pasó al bando de sus antiguos enemigos. El 13 de octubre declaraba la guerra a Alemania.
Hitler, alertado de la traición italiana, ordenó la invasión del país y el desarme del ejército italiano. La península quedó dividida en dos partes: una, al sur, en manos de los aliados; la otra, en poder de los alemanes, bajo la teórica soberanía de la República Social Italiana, con sede en Saló". La presidía Benito Mussolini, rescatado de su cautiverio por paracaidistas alemanes en septiembre de 1943. Se trataba de un estado títere sometido a los intereses de los nazis, que fue perdiendo territorios a medida que las tropas aliadas avanzaban hacia el norte.
Territorio de la República Social Italiana, con capital en Saló
Los esfuerzos germanos por controlar la ofensiva aliada (Nápoles, Anzio, etc.) contaron con episodios de gran violencia, como la Batalla de Montecassino, localidad situada a 100 km de Roma, dentro de la línea defensiva Gustav.
Allí los paracaidistas alemanes se hicieron fuertes en el monasterio
del mismo nombre, causando serias bajas entre los atacantes, hasta su
caída en mayo de 1944.
El 4 de junio de 1944 los aliados llegaron a Roma, en tanto los alemanes emprendían la retirada.
Simultáneamente, la guerrilla italiana integrada por los partisanos, hostigaba a los alemanes y a las tropas leales a Mussolini, llevando a cabo todo tipo de sabotajes y obligando a la Wehrmacht al uso de numerosos efectivos.
El 28 de abril de 1945 las fuerzas alemanas que permanecían en Italia capitularon. Mussolini fue apresado por un grupo de partisanos en su intento de huída hacia Suiza. Fusilado sin juicio previo, su cadáver fue trasladado a Milán junto con el de su amante, Clara Petacci. Los cuerpos fueron ultrajados por la multitud.
La conquista de Italia asestó un duro golpe a Hitler. Los ejércitos aliados amenazaban directamente el sur del territorio alemán. En adelante, el territorio italiano serviría de base a las expediciones de bombardeo masivo con que los aliados castigaron las ciudades, las industrias y las líneas de comunicación germanas.
El desembarco de Normandía y la liberación de Francia (1944-45) |
Desde la Conferencia de Teherán, celebrada a finales de 1943, los soviéticos llevaban demandando la apertura de un nuevo frente en el occidente europeo, que aliviara la presión que sus tropas sufrían en el sector oriental.
Soldados estadounidenses desembarcan en la playa de Omaha. 6 de junio de 1944
El 6 de junio de 1944, el "Día D", se llevó a cabo el desembarco de un enorme ejército aliado en las playas de Normandía, en el norte de Francia. Tenía lugar la "Operación Overlord” o “Jefe Supremo”. Al mando de las tropas integradas por estadounidenses, británicos, canadienses, franceses y voluntarios de otros países, apoyados por enormes reservas desde Inglaterra, se hallaba el general estadounidense Eisenhower, con el que colaboraba el británico Montgomery.
Tropas canadienses se dirigen a playa Mike. 6 de junio de 1944
Las tropas alemanas
destinadas a repeler el desembarco, fueron engañadas por los servicios
de inteligencia aliados, haciéndoseles creer que la operación se
produciría por Calais. Rommel, jefe de las tropas germanas, se encontraba ese día en Berlín. Sería obligado meses más tarde a suicidarse, acusado de estar implicado en el atentado contra el Fhührer, perpetrado el 20 de julio de 1944.
Los aliados, venciendo la resistencia alemana, avanzaron hacia París. La capital francesa fue liberada el 26 de agosto por el general De Gaulle. En septiembre de 1945 los aliados lograban recuperar la totalidad del territorio francés, así como Bélgica.
Prisioneros estadounidenses capturados por los alemanes en la batalla de las Ardenas
La contraofensiva alemana lanzada por sorpresa en diciembre de 1944-enero del 45 en el bosque de las Ardenas, con el despliegue de una potente formación de acorazados, a punto estuvo de malograr los planes aliados. No obstante, la escasez de combustible provocó la derrota de los blindados alemanes y permitió a los estadounidenses cruzar el río Rin.
En la Batalla de las Ardenas
el III Reich había agotado sus últimas reservas. Ya nada se interponía
entre los ejércitos aliados y el corazón de Alemania. En el frente oriental los soviéticos también avanzaban sin encontrar resistencia.
- El fin de la guerra (1945)
El final de la guerra (1945)
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En 1945 la Alemania del III Reich y el Imperio de Japón atraviesan graves dificultades. Su derrota está próxima.
Acosada por dos frentes, Alemania trataba de resistir con desesperación los embates de los anglo-americanos por el Oeste, y de los soviéticos por el Este. Hitler intentaba aplazar lo inevitable. Los aliados emprendieron la carrera hacia Berlín. En la capital se luchó casa por casa hasta que hubo de capitular. Poco antes, Hitler se suicidaba en el búnker de la Cancillería.
Tokio bajo las bombas. 26 de Mayo de 1945
Por su parte, los gobernantes japoneses,
abrumados por los bombardeos que destrozaban sus ciudades y centros
industriales, sin posibilidad de respuesta, ya que su aviación había
quedado fuera de combate, proseguían una resistencia sin esperanzas. Ello animó al Presidente de Estados Unidos Truman a ordenar el lanzamiento de dos bombas nucleares, que arrasaron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Japón se vio forzado a rendirse.
El final de la guerra. La derrota de Alemania (1945)
|
En enero de 1945 los soviéticos alcanzaron el río Oder. Se hallaban a unos 150 km de Berlín. Los esfuerzos del ejército alemán se centraron entonces en resistir con el fin de permitir a los ejércitos anglo-americanos alcanzar la capital antes que los soviéticos. La población civil, presa del pánico, emprendió la huída a la zona occidental, controlada por estadounidenses y británicos.
En
febrero entre el 13 y el 14 de febrero un grupo de unos 1000 aviones
ingleses y estadounidenses lanzaron sobre Dresde un ataque con bombas incendiarias. La ciudad fue completamente destruida, falleciendo entre 35.000 y 70.000 personas. Le siguieron intensos bombardeos a otras ciudades.
Hitler pasa revista a tropas constituidas por niños
Hitler prohibió cualquier tipo de rendición o repliegue estratégico e instó a resistir a toda costa. La población fue movilizada
en su totalidad. Todos los alemanes entre 16 y 60 años fueron alistados
al ejército, siendo empleados en el combate niños de las Juventudes
Hitlerianas que contaban tan solo 14 años. El ejército ruso se acercaba a la capital con 450.000 efectivos.
Ruinas de Berlín tras los bombardeos
El abril de 1945 los aliados alcanzaron la línea del Elba, en tanto que los rusos, una vez cruzados los ríos Oder y Neisse, se hallaban a las puertas de Berlín.
El día 30 las tropas soviéticas tomaron el Reichstag (Parlamento alemán) y rodearon la Cancillería. Hitler se suicidó y deLa ciudad fue intensamente bombardeada. Hitler destituyó a diversos generales, entre ellos, a Guderian, y relevó a Göring del mando de la Luftwaffe. Himmler intentó entablar conversaciones con los aliados occidentales.jó como Jefe de Estado al almirante Dönitz (lo sería hasta el 22 de mayo) y como canciller o Primer Ministro del Reich a Goebbels, quien optó por suicidarse al día siguiente, junto a su mujer e hijos.
El día 2 de mayo de 1945 Berlín capitulaba. El día 7, en Reims (Francia) el general Jodl firmó la capitulación de toda Alemania, ante el general Eisenhower; el día 8, en Berlín, el mariscal Keitel hizo lo propio ante los soviéticos, representados por el mariscal Zhúkov. La guerra, sin embargo, aún no había concluido, pues en Asia los japoneses seguían resistiendo.
El final de la guerra. La derrota de Japón (1945)
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Desde enero de 1945 las tropas estadounidenses y británicas habían ido reconquistando palmo a palmo las islas del Pacífico e Indochina. La pérdida de Iwo Jima
constituyó un grave contratiempo para Japón, pues desde ella los
aliados controlaban una amplia área que amenazaba directamente el archipiélago japonés.
Japón era víctima de un férreo bloqueo y de violentos bombardeos estratégicos, pero resistía enconadamente. El presidente Truman, sucesor de Roosevelt (fallecido el 12 de abril de 1945),
tras calcular el número de bajas norteamericanas que costaría la
capitulación del Imperio nipón, decidió la utilización de las armas nucleares.
Hongo atómico provocado por la explosión de la bomba atómica de Nagasaki
El día 6 de agosto de 1945 la ciudad de Hiroshima
fue destruida por un ingenio atómico que provocó la muerte instantánea
de cerca de 100.000 personas, a las que hubo que sumar las que
fallecieron posteriormente, como consecuencia de las heridas y los
efectos de las radiaciones.
El día 8 de agosto la Unión Soviética declaró la guerra a Japón, incumpliendo de ese modo el pacto de neutralidad suscrito con Tokio en 1941. Los soviéticos invadieron Manchuria y Corea, ocupando las islas Kuriles y la isla de Sajalín.
El 9 de agosto una segunda bomba nuclear arrasó la ciudad de Nagasaki.
Japón se rindió incondicionalmente el 2 de septiembre de 1945. La firma se realizó en el acorazado Missouri, anclado en la bahía de Tokio. Habían transcurrido 4 meses desde la rendición del III Reich.
Japón se rindió incondicionalmente el 2 de septiembre de 1945. La firma se realizó en el acorazado Missouri, anclado en la bahía de Tokio. Habían transcurrido 4 meses desde la rendición del III Reich.
La organización de la paz |
Tras la finalización del conflicto no se celebró conferencia alguna de paz, tal y como había sucedido al terminar la Gran Guerra. Un Consejo de ministros de las potencias vencedoras fue el encargado de redactar los acuerdos.
A lo largo de la guerra los aliados se reunieron en diversas ocasiones para tomar decisiones concernientes a la marcha de las operaciones, así como para pergeñar los planes de paz. Fue el caso de las conferencias de Casablanca (enero de 1943), la de Quebec (agosto de 1943) o la de Moscú (Oct.-Nov. de 1943).
Stalin, Roosevelt y Churchill en Teherán
Mayor relevancia alcanzó la de Teherán (Irán), a finales de 1943. En ella se reunieron Churchill, Stalin y Roosevelt, con el fin de acelerar la conclusión de la guerra y planificar la posguerra. En Teherán fueron adoptados acuerdos como el de abrir un nuevo frente occidental, el compromiso de la URSS de declarar la guerra a Japón una vez producida la capitulación de Alemania, así como el reparto de su territorio entre los aliados.
Los tres mandatarios en Yalta
En la Conferencia de Yalta (Crimea, URSS), celebrada en febrero de 1945, poco antes de concluir la guerra en Europa, se reunieron de nuevo Churchill, Roosevelt y Stalin. En ella se decidió que Alemania fuera dividida en cuatro zonas de ocupación (USA, URSS, Reino Unido y Francia), también se trató el tema de las indemnizaciones que aquella habría de afrontar en concepto de daños a sus víctimas, así como el derecho de la URSS a consolidar su área de influencia sobre los territorios de Europa oriental liberados por ella.
En la Conferencia de San Francisco (junio de 1945) se fundó la Organización de Naciones Unidas (ONU), con la idea de crear un organismo que regulase las relaciones internacionales de forma pacífica. La ONU sustituyó a la Sociedad de Naciones, creada en 1919, al término de la I Guerra Mundial.
La Conferencia de Postdam (Alemania) se celebró en agosto de 1945, ya concluida la guerra en Europa y a punto de rendirse Japón. Se reunieron Stalin por la URSS, el presidente de Estados Unidos, Harry Truman (que había sustituido al fallecido Roosevelt), y el británico Clement Attlee (vencedor en las urnas).
Attlee, Truman y Stalin en Postdam
En Postdam se concretaron los aspectos de la división de Alemania en cuatro zonas de administración adoptados en Yalta y se hicieron extensibles a Berlín y Viena. Asimismo se decidió crear un Tribunal Internacional con la misión de juzgar a los criminales nazis. Respecto a Japón, una vez que capitulara, quedaría bajo la exclusiva responsabilidad de Estados Unidos. Finalmente, se delimitaron los cambios territoriales producidos tras la guerra.
En la Conferencia de Postdam comenzaron a
evidenciarse algunos signos de que la colaboración entre los aliados
llegaba a su fin y se abría paso una nueva realidad fundamentada en la rivalidad entre soviéticos y estadounidenses.
La Conferencia de París (1946-1947) abordó los tratados de paz con los países europeos que habían apoyado a la Alemania Nazi: Italia, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Finlandia. El concerniente a Austria sería firmado en 1955.
Las consecuencias de la II Guerra Mundial
Consecuencias demográficas de la II Guerra Mundial |
La Segunda Guerra Mundial ha sido el conflicto que más víctimas ha provocado en la historia de humanidad. Por su causa perdieron la vida aproximadamente 54 millones de personas, a los que hubo que sumar 65 millones de heridos (entre ellos, 35 millones graves), y 3 millones de desaparecidos.
Un
bulldozer británico retira cadáveres de prisioneros en el campo de
concentración nazi de Bergen Belsen (Alemania), una vez liberado por los
aliados en abril de 1945.
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A diferencia de otras guerras, la mayoría de los afectados fueron civiles no combatientes (98% en Polonia). Las razones de ello se debieron los bombardeos masivos perpetrados sobre grandes núcleos urbanos, la desnutrición, las enfermedades, y el lanzamiento de las bombas nucleares sobre Japón. El empleo de un armamento altamente sofisticado incrementó el número de caídos en los frentes de batalla. La política nazi de creación de campos de concentración y exterminio produjo millones de muertos, especialmente entre las minorías raciales consideradas inferiores, como la judía y la gitana.
Cadáveres de soldados soviéticos tras un combate. 1942
En términos geográficos, el mayor número de víctimas lo experimentó Europa oriental. Especial significado adquirieron los 21 millones de muertos de la Unión Soviética (10% de la población) o los 5 millones de Polonia (20% del total de sus habitantes). En Asia, China perdió 13 millones de personas, la mayor parte como consecuencia del hambre y las enfermedades. Por contra, Estados Unidos,
a pesar de su participación en todos los escenarios de guerra, cosechó
aproximadamente unas 300.000 víctimas, un número significativamente
bajo si se compara con el de otros contendientes. Igual sucedió con Canadá y Australia. Ello se debió fundamentalmente a que sus territorios nacionales no fueron escenario de combates.
Ruinas de la ciudad alemana de Heilbronn. 1945
Numerosas ciudades, como Hiroshima, Nagasaki, Dresde, Stalingrado, Varsovia, Coventry, etc., fueron arrasadas, ocasionando el desplazamiento forzoso de millones de personas. La alteración de las fronteras y la política de reubicación planificada por los estados agravaron la situación. En total se calcula que unos 40 millones de personas hubieron de desplazarse
forzosamente de su lugar de residencia anterior a la guerra, dando
lugar en muchos casos a un cambio radical en el mapa étnico de vastas
áreas, especialmente de Europa Central. Un claro ejemplo de esos
cambios fue la creación del Estado de Israel (1947), que acogió a judíos apátridas procedentes de toda Europa.
Grupo de niños del Campo de desplazados de Schauenstein (Alemania). 1946
Por añadidura, la natalidad sufrió un notable descenso que repercutió en la merma generalizada de la población.
Consecuencias económicas de la II Guerra Mundial |
Ruinas de la ciudad japonesa de Hiroshima tras la explosión de la bomba nuclear. 1945
La guerra fue acompañada de la debacle económica. A consecuencia de los combates terrestres y aéreos, Europa quedó devastada. Los masivos bombardeos, ejecutados, tanto por las potencias del Eje (durante la primera fase del conflicto), como por los aliados (en la segunda) agravaron el problema. Ciudades, industrias, nudos ferroviarios y carreteras quedaron seriamente dañados. Millones de toneladas de barcos fueron enviados al fondo del mar. Se calcula que Europa perdió aproximadamente el 50% de su potencial industrial. Otro tanto sucedió a Japón. El sector agrícola también se vio afectado; se perdieron cosechas enteras, y el hambre, erradicada en Europa desde el siglo XVIII, apareció de nuevo. En China millones de personas perecieron por ese motivo.
La industria bélica se fortaleció en detrimento de la de bienes de consumo. El sector servicios se resintió igualmente. Una vez concluido el conflicto resultó una difícil tarea la reconversión de la industria pesada, destinada a producir equipamiento militar, en otra encaminada a producir bienes y servicios. En Estados Unidos y, sobre todo en la URSS, la industria militar siguió jugando un papel crucial, debido al hecho de la "Guerra Fría", situación que no se alteraría hasta la década de los 90.
Al término del conflicto las viejas potencias europeas, Reino Unido, Francia y Alemania, habían perdido definitivamente el liderazgo económico que ya habían comenzado a ceder a Estados Unidos tras la Primera Gran Guerra.
Por contra, la economía estadounidense salió reforzada y experimentó un espectacular auge, especialmente en su sector industrial, con un crecimiento del producto interior bruto en torno al 10% anual. El país americano se había convertido en el mayor proveedor
de productos manufacturados a los aliados, a quienes había concedido
importantes sumas de dinero en forma de créditos. En 1945 era acreedor de la mayoría de los estados y controlaba dos tercios del total de las reservas mundiales de oro. Su hegemonía como potencia industrial, financiera y agraria se impuso sin discusión, superando a la de su principal oponente, la URSS.
Consecuencias territoriales de la II Guerra Mundial |
La II Guerra Mundial llevó consigo importantes modificaciones en las fronteras. También un cambio radical en el equilibrio mundial.
La URSS recuperó los territorios perdidos en 1941 y amplió su dominio a costa de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, parte de Finlandia (Carelia), Polonia y Alemania (parte de Prusia Oriental). Ocupó las japonesas islas Kuriles y Sajalín. También se apropió a costa de Rumanía, de la región de Besarabia.
Bulgaria cedió Macedonia a Yugoslavia, y Tracia a Grecia.
Italia renunció a todas sus colonias y devolvió Dodecaneso a Grecia. Perdió Albania, reconocida como estado independiente, así como todas sus colonias africanas, si bien mantuvo un mandato en Somalia.
Austria y Checoslovaquia recuperaron su independencia.
División de Alemania tras la guerra
Alemania fue devuelta a los límites de 1918, perdiendo los territorios del este, repartidos entre Polonia y Rusia, unos 100.000 km2. Quedó dividida en cuatro zonas de ocupación, administradas por las cuatro potencias aliadas (Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia). Más tarde surgirán dos estados: la República Federal de Alemania, con capital en Bonn, y la República Democrática Alemana, con capital en Berlín, que a su vez quedaba dividida en cuatro sectores.
Territorios japoneses administrados o perdidos tras la guerra
Japón se vio forzado a devolver los territorios ocupados a China (Manchuria y Formosa). Aunque conservó la figura del emperador (Hirohito), fue ocupado y sometido a la administración de Estados Unidos, que lo obligó a democratizar sus estructuras políticas.
Estados Unidos ocupó varias islas del Pacífico.
Corea quedó dividida en dos partes, en torno al paralelo 38º. La Norte, bajo la protección soviética; la Sur, bajo influencia norteamericana.
China recibió Formosa (Taiwán), cedida en 1895 a Japón, bajo presión.
Consecuencias políticas de la II Guerra Mundial: la bipolarización |
Entre los estados vencidos, Alemania fue el más perjudicado. Por segunda vez vio cómo se malograba la oportunidad de convertirse en una potencia de rango mundial. Perdió la soberanía y su territorio fue repartido entre los vencedores.
Japón, aunque conservó su integridad territorial, quedó ocupado y administrado por los Estados Unidos, representados por el general MacArthur. Su modelo de gobierno autoritario, con importantes reminiscencias feudales, desapareció para siempre en beneficio de una democratización política y social.
Entre las potencias vencedoras, Reino Unido hubo de asumir que su papel de potencia colonial había desaparecido (pronto se iniciaría el proceso descolonizador). En adelante sus intereses quedarían subordinados a los de Estados Unidos. Francia,
que había jugado un papel secundario durante la guerra, tras ser
derrotada por los alemanes, recuperó parte de su protagonismo como
potencia.
Dos estados salieron reforzadas del conflicto y se disputarían la hegemonía mundial en años venideros: Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética.
El primero, sostén fundamental de los aliados en la lucha contra las
potencias del Eje, quedó durante un tiempo en situación ventajosa,
fundamentando su posición en su enorme potencial económico y militar. Detentó el monopolio del poder nuclear, hasta que la URSS construyó su primera bomba, en 1949.
Los bloques capitalista y comunista en Europa
Los dos representaban modelos económicos, sociales e ideológicos antagónicos: el capitalismo y el comunismo.
Desde el fin de la guerra sus intereses serían cada vez más
divergentes, algo que se puso de manifiesto peligrosamente durante la “Guerra Fría”.
Consecuencias ideológicas y morales de la II Guerra Mundial |
El desastre humanitario y económico causó una auténtica convulsión en el mundo, desencadenando graves contradicciones morales. Muchos valores en los que se asentaba la cultura occidental,
sus esperanzas de progreso social y la supuesta superioridad de sus
ideales, quedaron en entredicho. Con la excepción de los Estados Unidos, Occidente no saldría de la crisis de pesimismo en la que se hallaba inmerso hasta los años 60.
Superviviente entre ruinas en Varsovia. 1939
Las matanzas de civiles en los bombardeos, como los de Coventry o Dresde; las ejecuciones en masa, como las del bosque de Katyn
en 1940, en la miles de polacos, la mayoría oficiales del ejército e
intelectuales fueron asesinados a sangre fría por los soviéticos; la
total destrucción de Hiroshima y Nagasaki, no alcanzaron, sin embargo, la repercusión del genocidio perpetrado por los nazis sobre determinadas minorías étnicas como la judía o la gitana.
Cadáveres de prisioneros hallados en Dachau tras la liberación del campo
Las costumbres sociales y las relaciones personales sufrieron radicales alteraciones como consecuencia de la guerra.
Las formas de comportamiento
tradicionales cambiaron, pues hubo quienes, estando plenamente
socializados en tiempos de paz, desempeñaron durante la guerra roles
extremos, incluyendo el de genocidas.
Aviadores estadounidenses de color, del grupo Tuskegee. 1945
La mujer,
que ya había iniciado su proceso de emancipación tras la Primera
Guerra Mundial, adquirió un papel cada vez más relevante, incluso en
sociedades fuertemente tradicionales como la japonesa. Algo similar
sucedió con las minorías raciales, especialmente, la negra de Estados Unidos.
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